Un Hábito es cuando hacemos referencia a un acto que tomamos por costumbre, es una acción que alguien realiza tantas veces que “Se vuelve un habito para ella“, Los hábitos por lo general son movimientos sencillos de las personas para complementar su vida de momentos y funciones, muchas veces un hábito puede ser una distraccion para quien lo realiza, “Es natural ver a la señora de Márquez alimentar a las palomas cada día en la plaza cuando va a la panadería a comprar pan y jugo“, son costumbres, propias del ser humanas que se adaptan al entorno que los rodea. Los hábitos pueden ser los corresponsales de una manía, la cual llega a convertirse en obsesión en ciertos casos.

 

Desde un punto de vista más psicológico, podemos afirmar que el ser humano es capaz de acostumbrarse a una acción, al punto de necesitarla para estar bien consigo mismo. Pasa como en el siguiente ejemplo, “La maestra Laura cuando se va de viaje a pasarse unas vacaciones con su hijo fuera de la ciudad, a la semana extraña tomar café en su escritorio, pues para ella, durante tantos años es un hábito común y parte de la rutina diaria de trabajo y demás funciones. Cuando una persona cambia algún objeto al cual está habituado a usarlo, sentirá automáticamente incomodidad con lo nuevo, ya que esta cosa que reemplazo, se adaptaba a sus necesidades y gustos, a todos nos ha pasado que en lo que cambiamos el colchón de nuestras camas, la rigidez del nuevo nos hace extrañar el viejo cuya forma se amolda al cuerpo.

Cuando el ser humano se siente cómodo, no tendrá reparo en seguir disfrutando de esa comodidad, los hábitos afectivos por ejemplo, si una persona se siente cómoda con otra, nacerán sentimientos al punto que compartirá con estos el tiempo que se disponga, será un hábito vivir con esa persona, lo mismo pasa con los hábitos morales, la conducta del ser humano se basa en principios fundamentados en la sociedad, hacer el bien o hacer el mal, se puede sin problema alguno llegar a ser habitual entre ellos.

La importancia de los buenos y malos hábitos

Los buenos hábitos o los malos hábitos contribuyen a determinar éxitos o fracasos en la vida. Poner atención en las conductas que son recurrentes desde hace mucho tiempo, quizá desde la infancia y aquellas que se han adquirido con el paso del tiempo, invita a realizar un ejercicio de introspección, a detenerse y parar un poco en el ritmo de vida que se esta llevando.

Con seguridad que muchas de las conductas que llevan a tener malos hábitos son inconscientes, pero si se logra detectar algunas será un avance para poder comenzar a eliminar esos hábitos que perjudican el buen desarrollo y rendimiento en el diario vivir.

¿Qué son los buenos hábitos?

Los buenos hábitos son aquellos que contribuyen al crecimiento personal, uno de sus principales objetivos es mejorar la calidad de vida, además de causar satisfacción y sentimiento de logro y realización.

Los beneficios que traen como consecuencia los buenos hábitos son extraordinarios, aunque requieren de 5 aspectos fundamentales:

  • Fuerza de voluntad
  • Disciplina
  • Perseverancia
  • Fe
  • Metas diarias

10 Buenos hábitos para la vida

Estos son 10 de los buenos hábitos que ayudarán a mejorar la calidad de vida en todos los aspectos:

  • Mantener una buena alimentación.
  • Dormir las horas adecuadas y que se requieran para un buen descanso.
  • Hacer ejercicio.
  • Ahorrar y no desperdiciar. (puede ser dinero, agua, luz, comida entre otros).
  • Mantenerse informado en todos los aspectos. (Leer)
  • Tener una buena higiene.
  • Organizarse y planear.
  • Puntualidad en todos los aspectos.
  • Observar y escuchar  para tomar decisiones.
  • Separar aspectos de trabajo, de casa y personales.

Malos habitos

Todos tenemos malos hábitos de trabajo que nos parecen muy cómodos. Claro, puede que nos hagan un poco menos productivos, pero son relativamente inofensivos para nuestra rutina diaria. Por supuesto esto solo es real cuando trabajas para alguien más, pero cuando eres emprendedor todo cambia. Tendrás más dirección, autoridad y libertad, pero también deberás hacerte responsable por cada decisión que tomes. Tus malos hábitos no solo tendrán impacto en tu salud y el futuro de tu empresa, también fijan el ejemplo para las personas que trabajen para ti.

Antes de lanzarte a la vida emprendedora, trata de eliminar las siguientes prácticas:

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1. No planear tu día (o semana): puedes no hacerlo en un trabajo más estructurado, pero como emprendedor puede ser fatal no tener claras tus prioridades. Cada día y semana, revisa los pendientes que tienes en tu agenda y organízalos por orden de importancia.

2. Reaccionar a los correos electrónicos en cuanto te llegan: es bueno responder pronto a los mensajes, sin embargo, pasar todo el día contestando emails es una manera muy ineficiente de pasar el día. Planea tus proyectos con antelación y no dejes que tu bandeja de entrada de distraiga constantemente. No obstante, hay una excepción a la regla: siempre responde con prontitud los mensajes de tu equipo de ventas.

3. Comunicarse de manera deficiente: tener una comunicación pobre puede ser un ligero inconveniente en la vida de cualquier persona, pero como emprendedor puede generarte un gran dolor de cabeza y hacerte ver poco profesional. Revisa cómo son tus habilidades de comunicación y haz las mejoras que sean necesarias. No te apresures y piensa muy bien antes de hablar.

4. Tener una rutina muy rígida: los horarios son buenos para tener productividad en tu día, especialmente para atender esas tareas mundanas que se te pueden olvidar. Sin embargo, asentarse en una rutina poco flexible puede limitar tu capacidad de reacción cuando las cosas cambien de manera abrupta (y como emprendedor, créeme, lo harán).  Sé lo suficientemente flexible para hacer los cambios que necesites.

5. Nunca tomar descansos: a veces parece buena idea trabajar durante los descansos para hacer más cosas. La realidad señala que, al contrario, no descansar puede afectar severamente tu productividad. Como emprendedor encontrarás que es mejor tener seis horas de buen trabajo que ocho de trabajo mediocre. Y definitivamente no quieres arriesgarte a “fundirte” de cansancio.

6. Llegar tarde: como empleado (a veces) no hace mucha diferencia en tu día llegar 10 minutos tarde, pero como emprendedor, arribar tarde a una cita con un cliente puede dañar severamente tu imagen. Está bien tener un horario flexible, pero si dices que vas a estar en un lugar a una hora, no puedes darte el lujo de fallar.

7. Postergar los proyectos difíciles: en un trabajo normal puedes darte el lujo de dejar pendientes en tu agenda, pero dejar de hacer algo porque no te gusta puede ser mortal para tu negocio. Si no puedes cumplir con una tarea, delégala o busca un colaborador externo. No la postergues solo porque sí.

8. Evitar tomar decisiones duras: las elecciones que tomes como emprendedor van a ir dejando su huella en ti, pero debes tomarlas. Recuerda: una mala decisión es mejor que la indecisión.

9. Nunca decir “No”: debes ser capaz de dar negativas cuando eres un emprendedor. No todo cliente vale la pena y no todo candidato debe ser contratado. No toda idea puede ser un buen negocio.

10. Multitasking: puede parecer que estás haciendo muchas cosas, pero la verdad es que solo estás distrayendo tu cerebro “medio completando” dos tareas a la vez. En realidad tardarás más haciendo dos cosas al mismo tiempo que si le dedicaras tiempo individual a cada pendiente.